Primavera

de Quirofig

PREPARARSE PARA LA PRIMAVERA CON LA ‘PUESTA A PUNTO’ QUIROPRÁCTICA.

La primavera ya está aquí con su  ‘explosión’ alegre de brotes, flores, colores y olores.

Cada año la naturaleza se renueva y parece que nos invita volver a la vida con la ilusión  y esperanza de un nuevo comienzo. Salir a caminar, jugar, reír y disfrutar.

Para lograrlo, necesitamos ayudar a nuestro cuerpo a recuperarse y mantener una buena salud y así disponer de energía vital, en abundancia. Necesitamos mantener el equilibrio fisiológico, también llamado homeóstasis.

Como ya se sabe, los cambios climáticos de temperatura, humedad y de luz,  típicos de la estación primaveral, desafían nuestro cuerpo  y no siempre resulta fácil mantener el equilibrio fisiológico.

La Quiropráctica ayuda a nuestro sistema nervioso e inmunitario.

Afortunadamente todos poseemos la capacidad innata para adaptarnos. Para que la adaptación sea rápida y eficaz necesitamos una óptima comunicación entre el cerebro y el cuerpo.

La comunicación del cerebro con todos los tejidos del cuerpo: piel, músculos, articulaciones y órganos internos, mucosas, discurre principalmente a través de los nervios espinales que pasan por medio de las vertebras.

Lógicamente, cuanto mejor estén alineadas las vertebras, más amplio será el espacio para el pasaje de los nervios, mejor será la calidad de señal y, mejor la comunicación.

En cambio, cuando las vertebras se bloquean y pierden su correcta alineación el espacio entre las vertebras disminuye. Estos bloqueos, que los quiroprácticos llamamos ‘subluxaciones vertebrales’  interfieren con la transmisión de las señales nerviosas y alteran la comunicación del cerebro con los tejidos y órganos.

La alteración de la señal nerviosa provocada por las subluxaciones vertebrales afecta, inevitablemente, la respuesta inmunitaria de los órganos y tejidos relacionados.

Estudios de investigación científica han demostrado que existe una íntima conexión entre el cerebro y el sistema inmunitario.

Por lo tanto, las subluxaciones vertebrales alteran la comunicación nerviosa e interfieren con la correcta función inmunitaria contribuyendo a la inflamación local y remota.

Con el tiempo, aparecen varios síntomas, molestias, trastornos y enfermedades que, aparentemente, no están relacionadas con la columna.

Nos referimos a síntomas como insomnio, dolor de cabeza, ansiedad,  molestias digestivas, agotamiento  o astenia primaveral,   constipados frecuentes, alergias,  nariz tapada, ojos rojizos, sequedad,  picor, sinusitis, o ataques de asma, etc.

Mi columna está bien porque no me duele.

Esta afirmación puede no ser totalmente correcta. Las ‘subluxaciones’ vertebrales, son inevitables mientras estemos vivos.

Las posturas durante el trabajo o estudio, los movimientos asimétricos repetidos durante la práctica de deporte, la oclusión dental o el apoyo plantar incorrectos,  generan tensión muscular asimétrica en los músculos paravertebrales. Como consecuencia, algunas vertebras se giran o se inclinan.

Cuando permanecen en estas posiciones alteradas durante varias  semanas,  se bloquean  e interfieren con la correcta transmisión de señales nerviosas.

Al mismo tiempo empieza el proceso degenerativo (artrosis), que avanza lentamente. Inicialmente no suele haber  dolor pero, con los años, el espacio entre las vertebras sigue disminuyendo y los nervios espinales empiezan a sufrir cada vez más compresión. Entonces empezará el dolor muscular de espalda y/o del brazo o  de las piernas.

Mientras tanto, suelen  aparecer síntomas, como dicho antes: insomnio, dolor de cabeza, molestias digestivas, ansiedad,  taquicardia,  agotamiento  o astenia primaveral,   constipados frecuentes, alergias, nariz tapada, ojos rojizos, sequedad,  picor, asmasinusitis, etc., que difícilmente relacionaríamos con la columna.

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